La vida moderna puede resultarnos muy ajetreada y estresante, siempre estamos ocupados haciendo algo, especialmente para aquellos padres que trabajan fuera de casa y tienen responsabilidades familiares y personales adicionales. Con tantas cosas en la cabeza, puede ser difícil encontrar tiempo para estar con los hijos y aún más difícil tener paciencia con ellos cuando las cosas se vuelven estresantes. Sin embargo, es importante recordar que los niños necesitan amor, atención y tiempo de calidad con sus padres para crecer y desarrollarse de manera saludable. Aquí hay algunos consejos que creo que pueden ayudarnos como padres a tener paciencia con nuestros hijos mientras seguimos ocupándonos de multitud de cosas.

  • Establecer expectativas realistas: A veces, los padres pueden ser demasiado exigentes con ellos mismos y con sus hijos, lo que puede llevar a la impaciencia y la frustración. Es importante recordar que los niños son seres humanos en desarrollo y que tienen derecho a cometer errores y a ser inseguros. En lugar de esperar que los niños se comporten de una manera perfecta, es mejor establecer expectativas realistas y darles el espacio y la comprensión que necesitan para crecer y aprender.
  • Tomarse un tiempo para uno mismo: Cuando los padres están estresados y ocupados, puede ser difícil tener paciencia con sus hijos. Por lo tanto, es importante tomarse un tiempo para uno mismo y hacer cosas que ayuden a reducir el estrés y a recargar las baterías. Esto puede incluir actividades como meditación, yoga, caminar al aire libre o simplemente leer un libro.
  • Practicar la atención plena: La atención plena se refiere a estar presente en el momento presente y a no estar distraído por pensamientos o preocupaciones sobre el pasado o el futuro. Cuando se practica la atención plena con los niños, se les muestra que son importantes y se les brinda la atención y el amor que necesitan. Esto puede ayudar a los padres a tener más paciencia y a disfrutar de su tiempo juntos.

  • Realizar deportes con los niños: Los deportes son una excelente manera de pasar tiempo de calidad con los hijos y de ayudarles a mantenerse activos y saludables. Además, los deportes pueden ayudar a los padres a reducir el estrés y a fortalecer la relación con sus hijos. Hay muchas actividades deportivas que los padres pueden hacer con sus hijos, como jugar al fútbol, al baloncesto, al tenis o simplemente salir a caminar o correr juntos. Además de ser una actividad divertida y saludable, también puede ser un momento para fortalecer el vínculo entre padres e hijos y para tener una conversación informal y relajada.
  • Planificar actividades divertidas y significativas: Es importante que los padres dediquen tiempo de calidad a sus hijos y planifiquen actividades divertidas y significativas juntos. Esto puede incluir ir al parque, ir al cine, visitar un museo o hacer un proyecto de bricolaje en casa. Estas actividades pueden ayudar a fortalecer la relación entre padres e hijos y a crear recuerdos duraderos que perduren a lo largo del tiempo.

  • Practicar la empatía: La empatía se refiere a la habilidad de ponerse en el lugar de otra persona y comprender sus sentimientos y perspectivas. Practicar la empatía con los hijos puede ayudar a los padres a tener más paciencia y a responder de manera más comprensiva y amorosa a sus comportamientos y necesidades.
  • Fomentar la comunicación: La comunicación efectiva es clave para tener una relación saludable y para fomentar la paciencia y la comprensión entre padres e hijos. Es importante que los padres escuchen a sus hijos, los valoren y les brinden un espacio seguro para hablar de sus sentimientos y preocupaciones.

Tener paciencia con los niños mientras se lleva una vida como la que casi todos llevamos (siempre muy ocupados y con muchas cargas) puede ser un desafío, pero también es una oportunidad para fortalecer la relación y para ayudar a los niños a crecer y desarrollarse de manera saludable. Practicar la atención plena, planificar actividades divertidas y significativas, fomentar la comunicación y la empatía, y tomarse un tiempo para uno mismo son algunos de los mejores consejos para tener paciencia y disfrutar del tiempo juntos.

Estos cambios se tienen que ir poniendo en práctica poco a poco. Es común querer hacer cambios drásticos en nuestras vidas, pero la realidad es que los cambios rápidos y drásticos son difíciles de mantener a largo plazo. En lugar de hacer cambios de manera brusca, es mejor implementarlos poco a poco. No queramos poner solución a las cosas «de golpe», porque somos personas y los cambios graduales permiten que el cerebro y el cuerpo se adapten a las nuevas rutinas de manera más efectiva, lo que aumenta la probabilidad de éxito en la consecución de nuestros objetivos. Además, es importante recordar que nuestras rutinas actuales se han construido con el tiempo y por tanto, son parte de nuestra identidad y hábitos diarios. Cambiarlas de forma apresurada puede ser desestabilizador y generar resistencia al cambio, estresándonos más.

Es importante establecer metas alcanzables y realistas a corto y largo plazo. Comenzar con pequeñas modificaciones que no requieran un gran esfuerzo puede ser un buen comienzo.